CAPÍTULO II
Encarnación de los Espíritus
Acerca del alma
Libro Segundo
De este modo, el hombre está formado por tres partes esenciales:
1.º) El cuerpo o ser material, análogo al de los animales y animado por el mismo principio vital.
2.º) El alma, Espíritu encarnado cuya habitación es el cuerpo.
3.º) El principio intermediario, o periespíritu, sustancia semimaterial que sirve de primera envoltura al Espíritu y une el alma al cuerpo. Tales son, en un fruto, el germen, el perisperma y la cáscara.
La palabra alma es empleada para expresar cosas muy diferentes. Algunos llaman así al principio de la vida, y en esta acepción es exacto decir, en sentido figurado, que el alma es una chispa anímica emanada del gran Todo. Estas últimas palabras se refieren a la fuente universal del principio vital, de la que cada ser absorbe una porción, y que vuelve a la masa después de la muerte. Esta idea no excluye en modo alguno la idea de un ser moral, distinto, independiente de la materia y que conserva su individualidad. A este ser también se lo llama alma, y en esta acepción podemos decir que el alma es un Espíritu encarnado. Al dar diferentes definiciones del alma, los Espíritus han hablado según la aplicación que hacían de dicha palabra, y según las ideas terrenales de que aún estaban más o menos imbuidos. Esto se debe a la insuficiencia del lenguaje humano, que no tiene una palabra para cada idea. De ahí el origen de una multitud de errores y discusiones. Por esa razón los Espíritus superiores nos dicen que, en primer lugar, nos pongamos de acuerdo acerca del sentido de las palabras52.
El alma actúa por intermedio de los órganos, y los órganos están animados por el fluido vital que se reparte entre ellos, y con mayor abundancia en aquellos que son los centros o focos del movimiento. Pero esta explicación no corresponde al alma considerada como el Espíritu que habita en el cuerpo durante la vida y lo deja cuando se produce la muerte.
51. [Esta remisión ha sido agregada por el autor en reimpresiones posteriores, según se observa en la 13.ª edición, de 1865 (R 39914 de la BNF).]
52. Véase, en la Introducción (§ II), la explicación acerca de la palabra alma. (N. de Allan Kardec.) [En esta nota, la remisión al parágrafo II fue agregada por el autor en reimpresiones posteriores, según se observa en la 13.ª edición, de 1865.]
53. [En el original: chez ceux qui sentent beaucoup.]